El pterigium es una patología ocular relativamente frecuente manifestada como una proliferación fibrosa y vascularizada en “lo blanco del ojo” (tejido conjuntival y cápsula de tenon, superficial a la esclera), habitualmente en la parte más próxima al lagrimal, pudiendo invadir la córnea y alterar la transparencia de la misma.

La pinguécula es una mancha o abultamiento de color amarillo en la conjuntiva, cerca de la córnea. De forma similar al pterigium, aparece con mayor frecuencia en el lado nasal del ojo, el más cercano a la nariz. Se trata de un cambio que se produce en el tejido normal de la conjuntiva y que se transforma en un depósito de proteína, grasa y/o calcio, parecido a la formación de un callo en la piel.

Factores de riesgo para su desarrollo

Las causas de la aparición y el desarrollo de pterigion y pinguencula no están completamente definidas, aunque se cree que la luz ultravioleta (UV) del sol puede ser un factor en el desarrollo de estas lesiones. Otros factores que se cree pueden predisponer a la aparición de las mismas son el síndrome de ojo seco y elementos ambientales como el viento y el polvo, por lo que las personas que trabajan al aire libre suelen presentar estas lesiones con más probabilidad.

Asimismo, su prevalencia es mayor en la población sudamericana o africana (probablemente de forma secundaria a la exposición solar) y tiene un componente genético importante.

Síntomas de pinguécula y pterigium

Los síntomas que habitualmente presentan estas lesiones, aunque normalmente son leves y transitorios, de no tratarse a tiempo pueden llegar a generar problemas oculares importantes:

  • Enrojecimiento de los ojos.
  • Sequedad ocular.
  • Irritación.
  • Cambios en la refracción ocular, sobre todo aumento del astigmatismo.
  • Problemas importantes de la visión, en los casos más graves, cuando el pterigium invade el eje visual.

La mayoría de las veces, sin embargo, el pterigium pasa prácticamente desapercibido, pudiéndose apreciar en forma de un pequeño nódulo amarillo un poco elevado que puede permanecer totalmente asintomático.

Diagnóstico de la pinguécula y el pterigion

Un oftalmólogo puede diagnosticar el pterigion y la pinguécula por medio de un examen con una lámpara de hendidura. Este instrumento es un microscopio especial, que permite al especialista en Oftalmología examinar de cerca el segmento anterior del ojo, lo que hace más fácil ver anormalidades en la superficie ocular. No precisa de otras exploraciones especiales, como rayos X o analíticas para su diagnóstico.

Tratamiento del pterigium

El tratamiento médico más habitual son las lágrimas artificiales o los antiinflamatorios tópicos. Este tratamiento tiene como objetivos:

  • Reducir las molestias y síntomas ocasionados.
  • Tratar de detener el avance del pterigium (cosa que no siempre se consigue).

Aunque en la mayoría de casos las medidas citadas suelen ser suficientes para aliviar las molestias y frenar la evolución del mismo, a veces el pterigium sigue creciendo, llegando a invadir peligrosamente la córnea. Cuando esto pasa se suele recurrir a su eliminación mediante una intervención quirúrgica.

La cirugía del pterigion o de la pinguécula es una intervención sencilla y su recuperación es generalmente rápida, ya que suele realizarse de forma ambulatoria.

Postoperatorio

Después del procedimiento quirúrgico, que suele durar entre 30 y 45 minutos, es probable que se necesite colocar un parche protector sobre el ojo por uno o dos días.

Igualmente, tras la intervención se suele realizar un tratamiento tópico con gotas o pomadas de antiinflamatorios para mejorar los síntomas asociados al postoperatorio y reducir la inflamación postquirúrgica.

Los controles periódicos posteriores a la cirugía permiten la detección temprana de una recidiva en el caso de que aparezca.

A pesar de que una pinguécula o un pterigion hayan sido eliminados quirúrgicamente, éstos pueden volver a aparecer. De hecho, la tasa de recurrencia con determinadas técnicas quirúrgicas es entre un 30 y un 40 por ciento, y es aún más probable entre personas menores de 40 años. El protocolo quirúrgico que induce una menor tasa de recidiva es la asociación de un autoinjerto conjuntival (que se obtiene de la conjuntiva sana del paciente y “tapiza” el defecto escleral secundario a la extirpación del pterigium o pinguécula).

Consejos para evitar la recurrencia:

La mejor manera de evitar la recurrencia de pterigio o pinguécula después del tratamiento es limitar la exposición a los factores ambientales que contribuyen a su crecimiento. Esto incluye:

  • Protección adecuada de sus ojos contra el exceso de luz ultravioletamediante el uso de gafas de sol o con filtro UV.
  • Uso de gafas de protección si sus ojos están expuestos continuamente a condiciones de polvo o suciedad.
  • Instilación habitual de lágrimas artificiales.