La hipermetropía es un defecto del ojo en la que éste es más pequeño de lo normal. El ojo hipermétrope es el que, en reposo, forma las imágenes detrás de la retina, por lo tanto la imagen que llega y que recibe el cerebro es borrosa. Así, cuando el individuo se acerca más al objeto la visión será aún más borrosa. Sin embargo, la visión mejora cuando el ojo se aleja más del objeto, aunque con mucho esfuerzo.
Causas
La hipermetropía es principalmente hereditaria. La mayoría de los niños padecen esta patología desde que nacen, aunque sin los síntomas de la visión borrosa. Generalmente, conforme se desarrollan los ojos, la hipermetropía va disminuyendo y desaparece por completo durante la adolescencia.
Síntomas
El síntoma más claro es el de la visión borrosa a cortas distancias. Es un problema muy corriente en los niños ya que a esas edades, el ojo aún no está del todo desarrollado. Un adulto con una hipermetropía muy alta verá las cosas muy borrosas, especialmente los objetos cercanos. Si la hipermetropía es baja verá bien de lejos, aunque el esfuerzo para enfocar será mayor. De todos modos, si el ojo está realizando un esfuerzo constante, se producirá cansancio o dolores de cabeza.
Prevención
Según la Academia Americana de Oftalmología, no existen suficientes estudios que demuestren que existe una forma de prevenir la hipermetropía, ya sea por ejercicios oculares o vitaminas.
Diagnóstico
Puede resultar difícil para los padres diagnosticar este trastorno en sus hijos, por lo que las revisiones periódicas son fundamentales. Sin embargo, los padres pueden observar si sus hijos se acercan mucho a los objetos. En ese caso es necesario que acudan al oftalmólogo.
El especialista suele realizar un examen con un retinoscopio para comprobar cómo se refleja la luz en la retina. También es frecuente el uso de un foróptero para medir la cantidad de errores de refracción en los ojos.
Tratamientos
El tratamiento y la corrección de la hipermetropía es algo relativamente complejo ya que depende de varios factores como la agudeza visual, la aparición de molestias o cansancio, la presencia de otros problemas oculares o la edad. El examen temprano es imprescindible para que la hipermetropía no se agrave. Sin embargo, existen tratamientos que corrigen este problema. Así, se han diseñado varias formas de corrección como los anteojos, las lentes de contacto o la cirugía refractiva. Las gafas permiten una buena visión mientras se utilicen correctamente. Sin embargo, a medida que la hipermetropía crece, los cristales de los anteojos aumentan su grosor, son más pesados y pueden distorsionar la imagen. Además, muchas personas se niegan a utilizar gafas porque les resultan incómodas o estéticamente desagradables.
Por otro lado, las lentes de contacto corrigen la visión en todo el campo visual. Sin embargo, exigen que la persona que las utilice las limpie y las almacene para su perfecta conservación. De lo contrario, si no se mantiene la higiene adecuada pueden producir infecciones o molestias. La cirugía refractiva corrige la visión sin necesidad de colocar ningún objeto extraño delante ni dentro de los ojos. Sin embargo, a menudo muchas personas se muestran reticentes ya que se trata de una operación. No es un procedimiento obligatorio pero corrige la hipermetropía y además, de forma definitiva.